

Errores humanos agravan las catástrofes naturales en Pakistán
Casas sepultadas bajo lodo, cortes de electricidad y un balance humano catastrófico: sin planes de urbanismo ni mantenimiento de las canalizaciones el monzón seguirá causando muertes en Pakistán, afirman los expertos.
El primer ministro lo reconoció al visitar el miércoles pasado el noroeste, donde 450 personas murieron arrastradas por deslizamientos de tierra.
"Las catástrofes naturales son voluntad de Dios, pero no podemos ignorar los factores humanos. Ya no se puede permitir que los juegos de influencia y la corrupción controlen la concesión de permisos de construcción", declaró Shehbaz Sharif.
En las aldeas de montaña devastadas que visitó, "muchas casas están construidas cerca de los cauces de los ríos, canales naturales de desagüe", subraya a AFP Sherry Rehman, exministra de Cambio Climático.
Es el caso de la casa de Fazal Jan en Mingora, en el valle de Swat, en gran parte destruida por las inundaciones de 2010 que afectaron a casi cuatro millones de paquistaníes.
"La reconstruimos en 2012 sobre cimientos más sólidos, pero la semana pasada las aguas se desbordaron y la sumergieron", cuenta este comerciante de 43 años.
En su aldea, sin catastro, este padre de familia asegura no haber recibido ninguna advertencia de las autoridades y admite que fue "un error construir tan cerca de un cauce estacional".
Desde finales de junio, el monzón —que aporta al sur de Asia 70% de sus precipitaciones anuales y es vital para la agricultura— dejó cerca de 800 muertos y un millar de heridos en Pakistán.
Lluvias torrenciales, sequías intensas y deslizamientos de tierra se multiplican, bajo los efectos del cambio climático pero también del extractivismo de un país decidido a convertir su rico subsuelo en divisas gracias a las ambiciones de Estados Unidos y China.
- Problema político -
"La alteración de los cursos de agua para extraer minerales y la reducción de la superficie forestal, que ya no es más que del 5%, el nivel más bajo del sur de Asia, desempeñan un papel importante", prosigue Rehman.
Y frente a estos desbordamientos, las infraestructuras fallan. Karachi, la capital económica —más de 20 millones de habitantes— registró esta semana diez muertos en horas, electrocutados o aplastados bajo los techos de sus casas.
¿La causa? Canales insuficientes o bloqueados por desechos que rebalsan con la menor precipitación, un sistema de gestión de residuos inexistente, carreteras demasiado bajas y rápidamente sumergidas, malas infraestructuras o un urbanismo caótico, denuncia en bloque un informe de la Comisión de Derechos Humanos de Pakistán (HRCP).
Y todo lo que enumera este texto, publicado tras las mortales inundaciones de 2020, sigue siendo vigente.
Según la ONG el problema es "político". Los distintos partidos utilizan los permisos de construcción para alimentar su sistema clientelista.
De este modo crean nuevos barrios en zonas que deberían ser no edificables o levantan edificios sobre canales de evacuación de agua, todos al aire libre y de hecho obstruidos.
En la ciudad unas veinte jurisdicciones —locales, provinciales, federales y cantonales— se encargan de la planificación territorial. Y todas se culpan entre sí por el mantenimiento, acusa la HRCP.
En cuanto a los proyectos de desarrollo, a veces resuelven un problema creando otro, según Arif Hasan, urbanista en Karachi.
Una circunvalación construida recientemente bloquea tres canales de evacuación hacia el mar y provoca reflujo de agua durante las lluvias de verano, explicó a un medio local.
Por su parte, el alcalde, Murtaza Wahab, asegura que cada año solicita, en vano, ayuda a Islamabad. "Es fácil decir que hay que ampliar la red de canalizaciones, pero cuesta tanto que se necesitaría todo el presupuesto nacional", justica.
B.Ioannidis--AN-GR