En una misa multitudinaria en Beirut, el papa pide "nuevos enfoques" para la paz
El papa León XIV urgió este martes a encontrar "nuevos enfoques" en Oriente Medio para hacer triunfar la paz, en una misa al aire libre en Beirut que reunió a unas 150.000 personas.
"Oriente Medio necesita nuevos enfoques para rechazar la mentalidad de venganza y de violencia, para superar las divisiones políticas, sociales y religiosas, y abrir nuevos capítulos en nombre de la reconciliación y la paz", declaró el jefe de la Iglesia católica, que cierra este martes una visita de tres días a Líbano.
El sumo pontífice animó también a los cristianos de Oriente Medio a "ser valientes".
El papa peruanoestadounidense llegó el domingo desde Turquía, en su primer viaje al extranjero como líder de la Iglesia católica, con un mensaje de esperanza para los jóvenes libaneses, cuya fe se ha visto a prueba por los desafíos que enfrenta el país.
Robert Francis Prevost recibió una jubilosa bienvenida en una nación asolada por un colapso económico y que aún se está recuperando de la guerra del movimiento islamista Hezbolá e Israel del año pasado, que muchos temen que se reanude.
Líbano está "ensombrecido por los numerosos problemas que les afligen, el contexto político frágil (...), la dramática crisis económica que les pesa y la violencia y los conflictos que han reavivado antiguos temores", dijo el papa durante la misa celebrada junto al mar, cerca del lugar de la explosión que devastó la capital libanesa en agosto de 2020.
"Despojémonos de la armadura de nuestras divisiones étnicas y políticas, abramos nuestras confesiones religiosas al encuentro mutuo y despertemos en nuestros corazones el sueño de un Líbano unido", añadió en su homilía.
Al llegar al servicio religioso en el último día de su viaje, León XIV se abrió paso entre la multitud en su papamóvil mientras la gente le ofrecía rosas, en presencia de altos funcionarios, entre ellos el presidente Joseph Aoun.
"Hemos venido con alegría a participar en esta celebración celestial", dijo Samira Khoury, una de las 150.000 personas que asistieron, según el servicio de prensa del Vaticano, que citó cifras de las autoridades locales.
- Signo de "esperanza" -
"El papa pone alegría y paz en nuestros corazones y fortalece nuestra esperanza", dijo Khoury a la AFP.
Algunos participantes viajaron desde el extranjero, incluso desde la vecina Siria, o desde lugares más lejanos como Estados Unidos, mientras que entre la multitud emocionada también había trabajadores migrantes de países como Filipinas y Sri Lanka.
"Es un signo de esperanza para Líbano. Ya puedo sentir la paz con solo ver a la gente y lo feliz que está, y puedo ver la esperanza en sus ojos por el futuro", dijo Elias Fadel, de 22 años. "Esperemos que no haya ninguna guerra", añadió.
Gran parte del centro de la ciudad se cerró al tráfico para la ocasión y se desplegaron soldados en las carreteras cercanas.
Antes de la misa, el papa rezó en el puerto, donde se produjo la catastrófica explosión el 4 de agosto de 2020, que causó la muerte de más de 220 personas, dejó más de 6.500 heridos y devastó amplias zonas de Beirut.
En un monumento a los fallecidos, con contenedores de transporte, escombros y los silos de grano devastados visibles en las cercanías, León XIV encendió una lámpara después de rezar en silencio.
A continuación, estrechó la mano, bendijo y habló con los sobrevivientes y familiares de las víctimas, incluidos niños, muchos de los cuales sostenían fotos de sus seres queridos.
- "Justicia" -
Cecile Roukoz, una abogada cuyo hermano murió en la tragedia, dijo: "Estamos muy agradecidos por esta visita del papa (...) Sabemos que él alza su voz" por la justicia "y necesitamos justicia para nuestros hermanos y todas las víctimas de esta explosión".
Ningún responsable ha sido llamado a rendir cuentas por la explosión del puerto de Beirut, una de los mayores estallidos no nucleares de la historia.
La primera parada del papa León este martes fue en un hospital psiquiátrico dirigido por monjas cerca de la capital, donde fue recibido por el personal y los pacientes con vítores, aplausos y una lluvia de pétalos de rosa.
Marie Makhlouf, madre superiora de la congregación de las Hermanas Franciscanas de la Cruz, agradeció emocionada al pontífice por ser "un padre para los olvidados, los abandonados y los marginados".
"No podemos olvidar a los más frágiles", dijo el papa, rindiendo homenaje a la labor de la institución.
El lunes, el pontífice instó a los religiosos cristianos y musulmanes a combatir la intolerancia y recibió una bienvenida digna de una estrella por parte de unos 15.000 jóvenes en Bkerke, sede de la Iglesia maronita.
"Ustedes tienen el entusiasmo necesario para cambiar el curso de la historia", les dijo.
Q.Papadatos--AN-GR